martes, 12 de septiembre de 2017

Paul Weller en España: repasamos su carrera en solitario



*Este artículo apareció originalmente en achtungmag.com:

http://www.achtungmag.com/paul-weller-espana-repasamos-carrera-solitario/

Con motivo de los próximos conciertos en España de Paul Weller, Achtungmag está ofreciendo a sus lectores una serie de especiales sobre el músico de Woking. En esta ocasión vamos a repasar su abundante y luminosa carrera en solitario.

La senda de Paul Weller como solista, después de haber comandado dos grupos tan importantes como The Jam y The Style Council, arroja un saldo de 13 discos en estudio —cuatro de ellos número uno en Gran Bretaña—, además de cuatro directos, otras cuatro recopilaciones y numerosos EPs. Esta exitosa etapa, todavía sin cerrar, se podría dividir en tres partes claramente delimitadas.

1-Primera fase: del Paul Weller Movement a Stanley Road (1992-1995)

Después de disolver The Style Council los intereses musicales de Paul Weller avanzaban en una dirección nueva. Sus composiciones se cargaron de elementos jazzísticos, alumbrando un primer disco con profundos toques de Acid Jazz y en el que mucho tenía que decir la producción de Brendan Lynch. Este debut está atravesado por el espíritu musical de Curtis Mayfield —no en vano, su tema Move On Up siempre ha sido un referente en las actuaciones en directo—, junto a una exploración de las raíces musicales de Weller, ese Rythm´n´Blues de los años 60.

Para llevar a cabo su ópera prima en solitario —1992 Weller eligió una compañía de prestigio, Go! Discs, que había grabado con algunos artistas afines, tales como Billy Bragg. Pero primero, el músico británico había lanzado en su propio sello, Freedom High, lo que sería un adelanto del disco bajo el nombre de The Paul Weller Movement. El single Into Tomorrow, muy bien recibido por crítica y público, le llevó a concretar su trabajo, titulado simplemente con su nombre: Paul Weller.


Para este disco se rodeó de la parte más brillante de The Style Council: el batería Steve White, una pequeña colaboración del teclista Mick Talbot, los coros de D. C. Lee y Camille Hinds; así como la participación del Dr. Robert —de The Blow Monkeys—.

Sin duda, este primer disco en solitario es uno de sus grandes trabajos, que deja canciones inolvidables como Bull Rush, It Didn´t Mean To Hurt You, Above The Clouds, Bitternes Rising… Un inconmensurable conjunto de joyas para una propuesta a modo de bisagra, de transición entre la etapa de Style Council y la carrera como solista.

Wild Wood, de 1993, nos muestra a un músico desatado en sus composiciones. Si el debut era bueno, ahora firmará una joya moderna, eléctrica, que bebe de las fuentes del rock clásico de grupos como Traffic y marcará la definitiva madurez de la nueva etapa.

Aunque repite gran parte del personal de su anterior disco, incluida la producción de Lynch, entre los músicos aparece el guitarrista Steve Cradock —de Ocean Colour Scene— que se convertirá en uno de sus más fieles escuderos y tendrá gran parte de mérito en comprender e interpretar el sonido guitarrero hacia el que Weller va derivando.

Es este Wild Wood un disco repleto de canciones redondas, algunas hasta el límite del lirismo, como la que da nombre al álbum, toda una reivindicación de la potencia y solvencia del autor como compositor. A ella, habría que añadir la demoledora Sunflower, Can You Heal Us (Holy Man), All The Pictures On The Wall, The Weaver…, para otra colección de temas impagable.


Y en 1995, Paul Weller construirá la que pasa por ser su mayor obra maestra en solitario: Stanley Road. Antes, había aparecido un interesante directo, Live Wood, con canciones grabadas durante la gira de los dos primeros discos. El título del disco Stanley Road está tomado de la calle de Woking en donde Weller pasó su infancia y, en ese sentido, emana una melancolía rockera. La sensibilidad en las composiciones está a flor de piel, como queda demostrado en You Do Something To Me, una de las baladas más importantes que se hayan compuesto en los últimos años. 

Pero Stanley Road es mucho más que todo eso: es un trabajo de inspiración sobresaliente con líneas de guitarra producto de la improvisación genial (Cradock, de nuevo, aporta mucho a la personalidad del disco), junto a canciones delicadas que consiguen un balance deslumbrante. Así lo entendió el público, que llevó al disco hasta un cuádruple platino en ventas. Los clásicos se amontonan: Out Of The Sinking, Porcelain Gods, The Changing Man, Time Passes, Pink On White Walls, Wings Of Speed


2-Segunda etapa: los años de la consolidación en solitario (1997-2005)

Heavy Soul, de 1997, era un disco difícil de realizar después haber cosechado un éxito tan grande con Stanley Road. Su título ya nos da una información definitiva de lo que podemos encontrarnos. Se trata de la primera vuelta de tuerca importante en el sonido del artista, que abraza unas composiciones mucho más crudas, con una producción más simple en la que prima un sonido más pesado, con canciones que se deslizan entre la furia —Peacock Suite o Heavy Soul— y el rock delicado —I Should Have Been There To Inspire You o Friday Street—. Es el primer disco de Weller publicado con Island Records.


En el año 2000 alumbra Heliocenric, trabajo de mayor carácter psicodélico, y de sonido mucho más complicado que los álbumes anteriores. El rock desnudo y rabioso de Heavy Soul se viste, ahora, con tonos folks y acústicos, creando una atmósfera introspectiva. Un buen ejemplo de esto son Here´s The Keeper, Frightened y The Love-Less. Y en el año 2002, después de un directo acústico —Days Of Speed— en el que Weller interpreta sus éxitos tan sólo con una guitarra, aparece Illumination, segundo número uno en las listas de álbumes tras el éxito de Stanley Road.

Es Illumination un cierto renacimiento creativo que marca algunas diferencias con los discos anteriores. Avanza en el sonido incorporando algunas soluciones musicales sorprendentes; Weller empieza a tomar riesgos muy serios, esos que lo llevarán, mucho más adelante, a firmar discos como Saturns Pattern que, sin este Illumination, no habría sido posible. Para el catálogo de los grandes hallazgos queda It´s Written In The Stars. Y emboscadas en el disco, algunas colaboraciones de lujo, como Noel Gallagher de Oasis o Kelly Jones, de Stereophonics.

La apuesta que cierra esta segunda etapa es As Is Now, del año 2005. Antes, Weller ha sacado un curioso recopilatorio titulado Under The Influence, en donde selecciona las canciones de los artistas que, evidentemente, lo han conformado como músico: temas de Bob Marley, Tom Waits, Ray Davies de The Kinks, Curtys Mayfield, Marvin Gaye, incluso Coltrane, para un disco en donde Weller tan solo actúa como recopilador.  Será en el impecable Studio 150, a continuación, en donde se atreverá a realizar versiones de grandes clásicos. Mención aparte merece su All Along The Watchtower de Dylan.


En As Is Now, una vez abandonado el sello Island, y de regreso a los sellos de música independientes, Paul Weller da rienda suelta al sonido que ha sido su marca de estilo, rozando en algunos momentos el espíritu de The Jam. Come On/Let´s Go y Here´s The Good News aportan un espíritu joven y optimista, como si el músico hubiera vuelto a mudar de piel. Para el recuerdo, From The Floorboards Up.


3-Tercera etapa: del sueño a la revolución amable (2008-2017)

Después de un nuevo directo, Catch Flame!, en 2008 aparece 22 Dreams, que entra en el número uno de las listas. Lo primero que sorprende de este disco es que, después de 30 años de carrera, Weller no poseía en su haber ningún disco doble, y 22 Dreams lo es. Un torrente de creatividad compositiva para un trabajo con recovecos sorprendentes, un álbum para extraviarse en su interior, reposado pero sin perder sus golpes de rabia, y con algunas composiciones magníficas, como All I Wanna Do (Is Be With You), Have You Made Up Your Mind o Sea Spray. Noel Gallagher repite como invitado, junto a Robert Wyatt y Graham Coxon de Blur.

Para la siguiente entrega, Wake Up The Nation —de 2010—, Weller apuesta por un grupo de canciones cortas, la mayoría apenas sobrepasan los dos minutos, y de estribillos contundentes. Una de las más notables es Fast Car/Slow Traffic, en una sorprendente colaboración con Bruce Foxton, bajista de The Jam, que parece cerrar algunas brechas abiertas desde hacía años. Kevin Shields, cantante y guitarrista de My Bloody Valentine, y el batería de la ELO, Beverley Bevan, son algunos de los invitados para un disco con músculo, visceral.


Una nueva entrega en directo, Find The Torch, Burn The Plans, dará paso a Sonik Kicks, muy en la línea del anterior trabajo en estudio. Si juntamos los títulos de ambos discos, descubrimos cual es el interés de Weller en estos momentos: Despertar a la nación con patadas sonoras. La música debe remover el espíritu, agitar, y Sonik Kicks es una buena muestra de eso: un disco enfebrecido y ruidoso que significó el cuarto número uno en las listas británicas de álbumes. When Your Garden´s Overgrown es una de las mejores canciones del disco.

En 2015 llegó Saturns Pattern, la duodécima entrega de la carrera en solitario de Weller. Auspiciado por la firma en el sello discográfico Parlophone, el resultado musical es buenísimo. Se trata de una actualización —o mejor de una reactualización, dado que Weller está continuamente reinventándose— de todas sus influencias. El inicio del disco es realmente notable, con la garra desencadenada de White Sky, una canción en donde encontramos ciertos recuerdos a Lenny Kravitz, seguido de Saturns Patttern para mostrarnos a un Weller en estado de gracia. Y el ejemplo mayúsculo de todo ello es I´m Where I Should Be.


2017 está siendo un año mágico para The Modfather: ha terminado su primera banda sonora, la de la película británica Jawbone, rubricada con una de las mejores que haya compuesto en su historia: The Ballad Of Jimmy McCabbe. Y a ello hay que añadir la publicación de su decimotercer trabajo en solitario: A Kind Revolution, que viene a hermanar, temáticamente, con Wake Up The Nation y Sonik Kicks, pero de una forma más amable, contenida, como si la proximidad de su 60 cumpleaños le hiciera ver las cosas de una manera más calmada, reposada, para después destaparse con la energía de un chaval. Así es A Kind Revolution. Robert Wyatt y Boy George —en el dueto One Tear— como colaboradores de lujo. Y un puñado de canciones enormes. A destacar Woo Sé Mama, Long Road y Satellite Kid.



Esta última entrega musical es un nuevo paso en la prolongada carrera de Paul Weller. Repleto de energía, se acaba de embarcar en una gira que lo llevará a todos los rincones de Europa, Estados Unidos, Canadá y Japón, como parte de un espíritu de trabajo y mejora continua, que se refleja, sin lugar a dudas, en una discografía excepcional que es como un museo británico de la música.

Disfrutad de un lista de Paul Weller que he creado en Spotify:

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